Según un estudio de la consultora Politegia, el uso que los candidatos le den a la Web tendrá cada vez más peso en los resultados electorales, a pesar de la persistente brecha digital.
Que los políticos anuncian medidas, difunden su agenda y discuten entre ellos en Twitter ya no es una novedad. Tampoco que usen Facebook para que su red de amigos comenten las fotos de sus actividades. En cambio, aún no está claro cuál será el rol de la Web en la campaña que comenzará dentro de pocos meses. ¿Quiénes son los cibermilitantes? ¿Cuáles serán las apuestas de los candidatos en Internet? ¿Es posible incentivar la recaudación de fondos para la campaña a través de las redes sociales? ¿La brecha digital es un impedimento para pensar una campaña 2.0? ¿Podrán las redes sociales imponer temas en la agenda del año electoral?
La consultora Politegia hizo un relevamiento de datos entre el 15 y el 28 de diciembre, que se analizó cualitativamente en la primera semana de enero, con el objetivo de conocer cómo los candidatos utilizarán las nuevas tecnologías en sus campañas. “Ya no es suficiente con sólo tener presencia en Internet a través de un sitio web. Es necesario diseñar una verdadera estrategia de comunicación on line, definir objetivos y medir los resultados para coordinar los esfuerzos”, explica Javier Irigaray, director de Politegia. El estudio revela datos curiosos: Mauricio Macri y la presidenta Cristina Fernández son los candidatos con mayor cantidad de seguidores en Twitter, mientras que Elisa Carrió y Carlos Reutemann no tienen cuenta; los diputados Francisco de Narváez y Felipe Solá son los que más twittean; el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, tiene cuenta en Facebook pero es privada; Fernando “Pino” Solanas es el que más videos subió a Youtube y Margarita Stolbizer es la que más usa Flickr para subir fotos.
Irigaray explica que la Web cada vez tendrá mayor peso en los resultados electorales, especialmente en los distritos más importantes. Al ser consultado sobre cuáles serán las innovaciones en la campaña, el consultor evalúa que Twitter seguirá creciendo en la Argentina “porque recién ahora los usuarios están empezando a entenderlo y conocerlo”, y que las plataformas de preguntas y respuestas que generan una base de conocimiento como Quora o Aardvark serán incorporadas a las estrategias, aunque algunos ya usan Formspring para responder a las consultas de los ciudadanos. “Las plataformas multimedia van a dar un gran soporte en la generación de contenidos. También habrá transmisiones televisivas a través de plataformas como Youtube”, pronostica.
El director de Politegia acepta que la brecha digital es el principal escollo para llevar adelante una campaña basada en las nuevas tecnologías: “Hay que pensar cuál es el acceso a estas tecnologías en cada distrito, pero los nuevos medios sirven para potenciar las acciones y los medios tradicionales, no para remplazarlos. Lo interesante de la Web es que permite segmentar los públicos y los mensajes para llegar a la mayor cantidad de usuarios con diferentes herramientas.”
Los políticos tienden a comunicar actividades y evitan la interacción con los seguidores. “El uso que la política le da a las redes sociales es pobre en términos de contribución programática. Todos los dirigentes tienen presencia, pero no dialogan. Por otra parte, los ciudadanos usan la herramienta para hacer catarsis o para quejarse ante ellos. Esto no es así en el resto del mundo y debe tener que ver con cierta idiosincrasia de los argentinos”, analiza Paula Fernández, presidenta de Mora y Araujo Grupo de Comunicación. Además, explica que muchos tienen miedo de quedar expuestos a “cierto terrorismo cibernético” cuando acceden a participar de un chat sin moderación: “Se cree que son ‘bloggeros K’ pero casi siempre es gente enojada con la vida que ataca desde el anonimato.”
Ante este panorama, los partidos políticos están empezando a pensar cómo será la campaña en la Web. La semana pasada, el equipo de comunicación de Ricardo Alfonsín se reunió para definir la estrategia. Pablo Galeano, coordinador de ese equipo, explica que el objetivo es conectar todas las herramientas y sistematizar un esquema en el que la página (http://www.ricardoalfonsin2011.com.ar/) funcione como el nodo. Unificarán los diferentes perfiles que el candidato tiene en Facebook. Quieren que la reproducción en cadena que garantizan las redes sociales exceda los límites de los militantes radicales y de los interesados por la coyuntura política. También trabajan en la Plataforma Abierta (http://www.plataformaabierta2011.com/), un sitio web donde los usuarios pueden generar propuestas en forma colaborativa. Ya hay más de 500 usuarios activos y unos 100 proyectos que se discuten en diferentes grupos temáticos. Atento a las preocupaciones de su equipo, Alfonsín está aprendiendo a manejar un Ipad.
En el búnker de Francisco de Narváez también estudian qué rol le darán a la Web en la campaña. “Usamos todas las herramientas que nos permiten los nuevos medios para tener un contacto con los voluntarios que trabajan en cada distrito. La provincia es muy extensa y esto nos permite acortar distancias”, explican quienes trabajan con el diputado, aunque consideran que la brecha digital es importante y que por eso las recorridas son fundamentales.
En los últimos meses, la presidenta Cristina Fernández cambió el tono intimista y coloquial con el que twitteaba por otro más formal. De todas maneras, todos los días informa sobre el resultado de sus actividades y evalúa algunos datos de la realidad política o económica. A pesar de que los candidatos del kirchnerismo tienen cuentas activas, el fuerte del espacio es la cibermilitancia y, posiblemente, la impronta de la campaña kirchnerista en Internet será definida “desde abajo”. Sebastián Lorenzo, Coordinador Nacional del PJ Digital (http://www.pjdigital.org/), cuenta que el espacio político que lidera tiene una estructura orgánica en 17 provincias y proyección de llegar a todo el país a fin de año. “En los últimos cinco años sumamos dirigentes y militantes para conformar una masa crítica de gente comprometida y la capacitamos, de modo que puedan llevar adelante diferentes actividades necesarias para poner en marcha campañas políticas on line. Hoy contamos con miles de cibermilitantes dispuestos a trabajar de cara a la campaña”, cuenta Lorenzo, aunque se niega a adelantar las herramientas que desarrollan para la campaña “por obvias razones”. Considera que también en la Web se repite el esquema de los modelos en pugna: “Mientras la derecha prepara una estrategia on line en base a costosas consultoras internacionales, el kirchnerismo irá al frente con organización política y apoyo popular, de la mano de agrupaciones como el PJ Digital y con el nuevo espacio público que conforman Internet y las redes sociales.”
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